lunes, 1 de junio de 2020

EL SORTILEGIO DE ZONTA

Te amo de un modo oscuro
te amo parlante
te amo mudo te amo como la parte más dulce del paisaje
te amo seco
te amo hidrante con lo que me queda de vos cada noche
construyo un lago
con lo que pierdo de vos cada día
construyo un pájaro te juro a veces
el pájaro es más grande que el lago a veces según llueva
el lago vuela
el pájaro hace mareas cuando duermes asisto a una escuela
que me enseña
a hablar con los nidos
y las orillas todos estos disturbios serían más amigables
si decidieras por fin
ser el pájaro
el lago
ser lo que amo. Yo podría sentarme aquí
cruzar las piernas
pedir un vodka y extrañarte y correr el riesgo de no levantarme jamás o podría salir de aquí
tomar el tren
sufrir la venganza
de mirar por la ventana y extrañarte arriesgarme
a convertirme en un árbol del paisaje o bien podría volar sobre aquí
con las mangas largas de mi camisa
y planear
sobre el aroma del volcán
y añorarte arriesgarme a que desde el volcán
una mariposa de fuego me devorara podría
no sentir
o sea construir
una pared
con tus materiales de mujer podría recortar tu silueta
en una hoja de eucalipto
a contraluz
y perfumar con tu aliento
todo el mundo conocido
o al menos el que sale en los mapas
porque el restante
en esa tierra que no aparace en los mapas
siembro los árboles que te darán fruto
en ese mar que no citan los libros
enseño delfines a decir tu nombre en el cielo que no aparece
en los catálogos de líneas aéreas
vuelo mi papalote yo podría regalártelo
pedir un vodka
y sentarme aquí pero no lo haré correría el riesgo de olvidarte.

Eres tú

Eres tú un regalo de Dios. Eres un capricho de la Naturaleza, que en un momento de afectación quiso verse envuelta en su propia gloria y en su máximo esplendor, realizada en ti. Eres la síntesis de todas las virtudes que un mortal puede poseer. Eres como una fragante y fresca rosa, que perfuma todo el aire que la rodea con sólo insinuar su presencia. Eres un ángel sin alas, un ser casi delicado, pero tan cálidamente real, con la gracia del viento entre las flores, con la serenidad de un cielo de verano, con la majestuosidad de una noche estrellada, la belleza de un sol que se levanta, la delicadeza de un lirio, la elegancia de un cisne, la blandura de una partícula de algodón y la sencilla libertad de una gaviota en la brisa.
Es tu voz melodía, hechizante que tranquiliza a las fieras y que mueve montañas. Es tu lengua fiel, reflejo de una alma grande, inmensamente noble, digna poseedora de una mente tan clara, tan amplia, sin horizontes ni fronteras. Es tu razón poderosa, como la verdad misma, pues, sin herir, tranquilizas tormentas y reconcilias enemigos. Es éste tu mayor encanto, y es lo que te hace superior, inmensamente mejor que el resto de los mortales, aunque tu modestia inútilmente trate de ocultarlo. Es tu pelo de miel que hecha brisa, tu piel es suave como la seda más fina.
Y tu mirada... tu mirada es dulce y cautivadora; es hechizante, como el agua de la montaña, pura y fresca. El sol es la sombra de tus ojos, la luna, la estela de tu mirada. Y tu risa, en ella se enlaza la belleza del canto de las aves y la fascinación de un alma soñadora. Todo aparato de este mundo descolora de vergüenza a tu lado. Eres como la fragancia que trae el viento, que, aunque no viene de nosotros, jubila nuestros sentidos y hace nuestras vidas más agradables. Eres una prueba de la existencia de Dios y, a la vez, una muestra de su grandeza, pues sólo Dios puede hacer algo tan sencillamente maravilloso, tan perfecto y tan bello. ¡Tan bello!...
Eres como una estrella fugaz que cruza el cielo y lo ilumina, fugaz e inapreciada. Porque nunca nadie podrá apreciarte por completo. Pero aún sabiendo que siempre serás para mí una estrella lejana y fascinante, y aceptando que nunca podré más que mirar la montaña desde la llanura, aprecio más que nadie tu inagotable belleza y tu serena forma de ser, y sobre todo, esa gran paz y alegría que siento junto a ti y que transcienden los límites de lo material.
Soy tu esclavo. Siempre lo he sido y lo seguiré siendo hasta el último de mis días. Me tienes a tus pies. Siempre encontrarás en mí la mano abierta de un amigo, y la dulce y tormentosa agonía de un corazón rendido, eternamente enamorado.
Santiago Oreggia

Elimina el problema

No importa cual sea el problema. Ni que sea algo lindísimo. Si ves un problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema. No importa que se trate de una mujer sensacional o de un hombre maravilloso o de un gran amor que se acabó. Por más lindo que sea o haya sido, si no existiera mas sentido para él en tu vida, tiene que ser suprimido.